viernes, 18 de diciembre de 2009

Nuevas "necesidades"...

La configuración de nuevos escenarios educativo a partir de las NTICs


Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTICs) se han instalado en nuestra vida cotidiana. Han impactado fuertemente en el desarrollo de muchas de nuestras actividades pues en ellas se torna casi imprescindible el uso de las mismas. Nos informamos, comunicamos, relacionamos, trabajamos, estudiamos y divertimos a través del uso de diversas herramientas tecnológicas.
Esto hace que no hablemos sólo de cambios tecnológicos sino también de cambios sociales. Cada uno de dichos cambios no son independientes entre sí sino que se encuentran mutuamente relacionados (no es posible identificar cuál es la causa y cuál es el efecto), y además se modifican mutuamente (uno provoca cambios en el otro y viceversa).
El sistema educativo en general y las instituciones educativas en particular no quedan exentos de estos cambios. A pesar de ciertas resistencias, es un hecho que la incorporación de las NTICs en los procesos de enseñanza y aprendizaje es uno de los desafíos actuales de los nuevos escenarios educativos. No obstante, además de ser un desafío, se presenta como una necesidad.
Es un desafío porque la escuela moderna no está acostumbrada al cambio, ni a la incertidumbre que éste genera. Por otra parte, no se trata sólo de la simple incorporación de un objeto (llámese contenido, herramienta, etc.) al currículo, ni tampoco el reemplazo de uno por otro. Por el contrario, incorporar las NTICs en los procesos de enseñanza y aprendizaje implica, para la escuela, resignificar el formato escolar tradicional y las prácticas pedagógicas del mismo, un cambio de roles entre los docentes y alumnos que deseen adaptarse a ellos, una resignificación del saber que circula dentro de la escuela, y también de lo que circula fuera de ella, porque además implica un cambio en los límites del aula tradicional y de los lugares en los cuales los/as niños/as y jóvenes aprenden.
En este sentido, se puede decir que el alumno deja de ser un receptor pasivo de conocimiento para adoptar un papel mucho más activo y comprometido en su propio proceso de formación. Con respecto a las NTICs, ellos ya las conocen y saben utilizarlas naturalmente, por ello el debate no debería centrarse en si es necesario incorporarlas o no, sino cómo o de qué manera hacerlo (su introducción debería ser indiscutida).
Por ello hablamos también de una necesidad porque, en la actualidad, existen otros espacios de circulación del saber, que cuestionan y ponen en peligro el lugar privilegiado de la escuela en la transmisión de ese saber. Asimismo, la tecnología se ha generalizado tanto que “…es inevitable vivir en la era de la tecnología ubicua” (Burbules y Callister, 2000), lo que justifica una vez más por qué es una necesidad imperiosa aprovechar realmente el enorme potencial que las NTICs posibilitan.
Además, estos nuevos ámbitos, resultan más atractivos para los alumnos porque en ellos pueden aprender y divertirse al mismo tiempo. De esta manera, las clásicas rutinas escolares se convierten en aburridas y tediosas para los niños y adolescentes que demandan otro tipo de aprendizaje. Pero además, en estas situaciones de entretenimiento se puede percibir una relación muy cercana con el “aprendizaje”, por ejemplo, algunos principios de los videojuegos son que ayudan a resolver problemas, que son interactivos, que tienen una naturaleza social, etc.
Por lo tanto, se deben incorporar las NTICs como herramientas no neutrales que faciliten y mejoren los procesos de enseñanza y aprendizaje, permitiendo una reflexión crítica de la información y la posterior resignificación de la misma. No obstante, es pertinente recordar que la mera incorporación de tecnologías, sin cambios metodológicos, no garantiza una revolución educativa.
Este avance a pasos agigantados de las NTICs hará que en un futuro, no muy lejano, los escenarios educativos demanden cada vez más soportes tecnológicos para desarrollar sus prácticas, no sólo para mejorarlas, sino como un medio para motivar a los niños y adolescentes a que asistan a la escuela.
En este marco, cabe preguntarse qué tan próximos son estos escenarios para todos los sujetos. Inevitablemente, esta cuestión nos conduce a un tema recurrente en educación: las diferencias económicas, sociales y culturales que, lamentablemente, siguen apareciendo como un obstáculo a la hora de acceder a ciertas mejoras educativas. Sabemos que hay niños y adolescentes que, aún siendo nativos digitales, no han tenido el acceso suficiente a las tecnologías como para poder apropiarse de ellas.
Las propuestas pedagógicas que se piensen e implementen para incorporar a las NTICs en los procesos de enseñanza y aprendizaje no pueden desconocer ésto. Como tampoco pueden desconocer el hecho que, como expresamos al comenzar, las NTICs ya están instaladas en nuestras vidas, y seguirán provocando nuevos cambios frente a los cuales nos tendremos que adaptar. Lo interesante será poder reconocer en éstos las nuevas posibilidades de aprendizaje que generan, al involucrar otros escenarios, distintas relaciones (entre las personas y entre estas y los objetos) que en otro momento habrán sido impensadas. Pero en estos puntos habrá que detenerse porque en cada uno de ellos se esconde un gran potencial que aún no se ha explotado.

Sitios relacionados:

http://www.educared.org.ar/tecnologia/
http://www.youtube.com/watch?v=YdPE1rKmPF0&feature=related
http://internetaula.ning.com/video/leyendo-online

Posiblilidades de acceso a las NTICs

En la actualidad, es frecuente creer que Internet, los videojuegos y las tecnologías móviles de comunicación presentan al mismo tiempo oportunidades y peligros para los jóvenes.
Si bien la mayoría de las escuelas han permanecido inalteradas tras la llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, no puede afirmarse lo mismo respecto de la vida de los niños fuera de la escuela. Muy por el contrario, hoy la infancia se encuentra atravesada y está, incluso, definida por los medios modernos de comunicación, así como por la inmensa variedad de mercancías vinculadas a ellos que constituyen la cultura contemporánea del consumo.
Sin embargo, como señala David Buckingham en su capítulo “¿Infancias digitales?” del libro “Más allá de la tecnología”, en varios estudios recientes se señala que la mayor parte del uso cotidiano de Internet por parte de los niños no se caracteriza por formas espectaculares de innovación y creatividad, sino por formas relativamente superficiales de recuperación de información. Lo que la mayoría de los niños hace en Internet es visitar sitios Web, bajar música y películas, enviar mensajes de correo electrónico o chatear con amigos.
Es posible que los jóvenes tengan más poder como consumidores, al menos en el sentido de que tienen acceso más fácil a una variedad de bienes y servicios mucho más amplia, pero hasta el momento, son escasos los sentidos en los que se están viendo potenciados como ciudadanos, muy pocos usan la tecnología para tener participación cívica, para comunicar su opiniones a un público más vasto o para dedicarse a la actividad política.
Por su parte, el discurso de la “generación digital” no representa una descripción de lo que en realidad son los niños o los jóvenes, sino un conjunto de mandamientos acerca de lo que deberían ser o en qué deberían convertirse. En alguna medida describe a una minoría de jóvenes que usan en forma activa esta tecnología con diversos fines, no obstante, es muy probable que la mayoría de esas personas sean “los sospechosos de siempre”, que ya son los más privilegiados en otros campos de sus vidas y cuyo uso de la tecnología se encuentra respaldado por su acceso a otras formas de capital social y cultural.
Sabemos que, buena parte de esta tecnología está dirigida especialmente a los niños y los jóvenes, quienes se han convertido en un nicho de mercado cada vez más importante. De esta manera, la demanda de estas ofertas digitales ha sido mucho más elevada en los hogares con niños que en aquellos donde no hay población infantil.
Las tecnologías digitales representan una adición relativamente reciente a este entorno “saturado de medios” pero distan mucho de estar al alcance de todos los jóvenes. Sería oportuno preguntarse qué sucede con aquellos niños marginados que ni siquiera tienen acceso a la escuela y sus necesidades básicas están insatisfechas. ¿Todos los niños y jóvenes acceden con las mismas oportunidades a lo que ofrece el mercado tecnológico? ¿Se incrementa la brecha socio cultural con el avance tecnológico entre los niños de familias de clase media y acomodadas y los niños de familias pobres y marginadas?
La respuesta es obvia, y las soluciones al problema son diversas, por un lado están los que bregan por acercar a todos a los beneficios de la era tecnológica, con esfuerzos particulares, algunas políticas públicas preocupadas por el tema, etc. y están, también, los que sólo se preocupan porque este negocio marche y reditúe en proporciones que beneficien sólo a unos pocos, sin importarles demasiado el alcance masivo ni la garantía de acceso para la mayoría de los niños y jóvenes.
Las posibilidades que brinda la tecnología en lo que respecta a producción multimedia, que requiere software y hardware más modernos y de banda ancha, son en realidad bastante “inaccesibles” para todos, salvo para las clases medias acaudaladas y altas.
También es importante aclarar que además de las personas a quienes se les niega el acceso a estas tecnologías, también existen muchas que se rehúsan a usarlas o las rechazan por diversos motivos.
El mismo autor se pregunta: ¿cómo debería reaccionar la escuela ante esta nueva brecha digital?, y sostiene que es necesario que se tome conocimiento de la variedad y diversidad presentes respecto de las experiencias de los jóvenes con los medios y la tecnología en el ámbito extraescolar.
Asimismo, la escuela, necesita mejorar el acceso de los alumnos a la tecnología, usar software más interesante y brindar más oportunidades de que los estudiantes puedan aplicar los medios de maneras no predefinidas y creativas. No obstante, es demasiado simplista, dice Buckingham, sugerir que bastaría con que las escuelas imitaran o trataran de incorporar los usos “informales” de las tecnologías a su labor. Para él adoptar una postura puramente celebratoria respecto de las actividades de la generación digital puede desembocar en una actitud superficial que siga los dictados de la moda. Limitarse a jugar con los últimos aparatos tecnológicos o a reempaquetar contenidos educativos trillados con los aditamentos de la tecno-cultura, difícilmente redundará en un logro duradero.
Según Buckingham, la comercialización cada día más difundida de la cultura digital y la diversidad y la desigualdad de las experiencias de los jóvenes, implican los desafíos de mayor alcance para las escuelas, y sostiene que para tomar en serio la cultura digital de los jóvenes es indispensable adoptar un enfoque más riguroso y sin duda más crítico.
Cuando hablamos de acceso son muchas las variables que podemos considerar, existen diversas realidades económicas que posibilitan o inhabilitan el acceso a estos avances, pero también es cierto que el poder adquirir los equipos, por tener disponibilidad económica, no garantiza un acceso provechoso, ya que se ponen en juego otras cuestiones relacionadas con los intereses personales, el ser nativo o inmigrante digital, el que ese manejo tecnológico sea, o no, un requisito indispensable, por ejemplo, en el ámbito laboral, etc.
En el caso de la escuela sucede lo mismo, ya que el docente puede tener garantizado el espacio del gabinete de informática, con máquinas de última generación, pero el éxito del acceso a ellas está definitivamente puesto en una variedad de acciones que están ligadas directamente a la actividad del docente. Es necesario que éste tenga tiempo para planificar actividades y pensar estrategias para acceder a las máquinas, teniendo en cuenta de cuánto tiempo dispone, qué contenidos abordará, si serán específicamente temas curriculares o se trabajará con programas informáticos, cuál será el nivel de exigencia de la tarea, qué producto se obtendrá de ese trabajo en el laboratorio, etc.
Con respecto a los contenidos y a la forma de acceso a los programas, estos recursos se han vuelto más accesibles, ya que actualmente no son de exclusivo dominio de los expertos, debido a que los códigos no son tan específicos ni difíciles y la inclusión de la iconografía ha facilitado mucho el poder comprender el lenguaje de acceso que nos ofrecen las máquinas, aún no siendo un experto.
También es importante conocer que la lógica de acceso a la información no es lineal, como lo es cotidianamente en otras fuentes de información, y que el lenguaje informático ofrece otra lógica de acceso que se caracteriza por permitir la diversidad del mismo, con distintos recorridos y donde el camino lo elige el usuario a partir de las múltiples posibilidades de exploración que ofrece la tecnología.
Con respecto a ésto, podemos menciona que el trabajo de campo realizado en el Colegio Modelo Sara Eccleston, reveló que, si bien el gabinete cuenta con un número considerable de máquinas, al ser la cantidad de alumnos por sección de un promedio de 33, se trabaja en grupos de tres alumnos por máquina en un período de tiempo de cuarenta y cinco minutos, lo cual limita notablemente el acceso individual. No obstante ésto, por lo observado en algunas clases, los profesores tienen en cuenta esta situación considerando en sus planificaciones actividades que permitan el acceso de todos los alumnos a las máquinas. De esta manera, algunas actividades se desarrollan en más de una clase para que el tiempo se multiplique y todos puedan trabajar.
No es un dato menor recordar que dicha escuela es privada, que la población estudiantil que alberga posee un nivel socioeconómico alto y que, en su gran mayoría, los alumnos tienen conocimientos tecnológicos extraescolares mucho más elevados que los que se enseñan en la escuela. Además, en algunas ocasiones, disponen de dispositivos tecnológicos superiores a los que se utilizan en la ella, incluso algunos desconocidos por los docentes. Este punto, es uno de los aspectos más importantes a considerar por el docente, ya que, ante este alumnado debe contar con competencias suficientes para responder a las demandas de éste.
Baquero, Dickens y Frigerio en su libro: “Las nuevas tecnologías de la información y a comunicación” afirman que los niños actuales ya no aprenden como antes y que ahora el acceso al conocimiento no se localiza exclusivamente en un ámbito escolar o académico, sino que ocurre una explosión de los ámbitos de expresión de múltiples y variados conocimientos. Actualmente los niños atraviesan el período infantil con una gran vertiginosidad y así, encuentran una facilidad envidiable para dar cuenta de los nuevos desafíos tecnológicos, son parte de una infancia digital y comprenden con sencillez los nuevos artefactos tecnológicos. Niños que no necesitan leer un manual para aprender, interactúan digitalmente con soltura y sorprenden a los adultos descubriendo aquello que para éstos está vedado, convirtiéndose en nativos digitales.
La realidad es que los niños son nativos y la mayoría de los docentes inmigrantes digitales, el gran desafío está entonces en poder conciliar las diferencias y sacar provecho de la facilidad y los conocimientos de los alumnos, permitiendo que nos guíen en este camino que dominan mejor que muchos adultos, lo cual no implica que nuestra adultez y profesionalismo delegue el “dominio” de los procesos de enseñanza y aprendizaje que siguen estando en manos de los docentes.

Sitios relacionados:

http://es.wikipedia.org/wiki/TIC
http://www.w3c.es/divulgacion/guiasbreves/Accesibilidad
http://www.tawdis.net/

¿Es necesario incorporar las NTICs al ámbito escolar?


En tiempos en que los cambios tecnológicos se van sucediendo cada vez con mayor rapidez, es evidente que existe un claro conflicto entre la cultura transmitida por la escuela tradicional y la cultura mass-mediática. En este contexto, los educadores no podemos evitar preguntarnos acerca de la necesidad o no que la escuela actualice su enseñanza en relación a este ritmo acelerado o continúe educando en el marco de sus tradiciones.

En el caso de decidir incorporar estas tecnologías a la escuela, se debe tener en claro que no basta con incorporar en ellas algunas computadoras o crear salas de informática; sino que el cambio tendrá que venir acompañado de una reflexión previa de los docentes acerca de la mejor forma de incorporar las NTICs en las instituciones educativas y principalmente realizarse un planteo acerca de los fines de realizar esa incorporación.

Una orientación de la escuela hacia el cambio, no significa cambiar los medios para hacer las mismas cosas que se venían haciendo, incorporar tecnología para seguir enseñando de acuerdo a los mismos métodos tradicionales. Un verdadero cambio implica reformular el significado y los fines educativos.

Los educadores cumplimos un papel muy importante a la hora de incorporar estas tecnologías al ámbito escolar. Debemos tener en claro que no debemos concebirlas como una panacea capaz de solucionar los problemas escolares por sí mismas, ni olvidar que no son herramientas neutrales. Lo importante es saber que son artificios que afectan las formas de pensar de las personas en relación a los medios y los fines, y están sujetos a la crítica y al cambio como cualquier otra modalidad.

Además, no debemos olvidar que existe una gran brecha que divide a aquellos que tienen acceso y a quienes no pueden acceder a esas innovaciones tecnológicas. Esto nos obliga a plantearnos la forma de incorporación de estas tecnologías en la escuela pública, sin provocar una mayor diferenciación entre aquellos alumnos que provienen de hogares con mayores recursos y los que presentan una situación de vulneración social, los que tienen acceso a las tecnologías en sus hogares y quienes no.

Es indispensable tener presente, a la hora de introducir nuevas formas de enseñanza, las necesidades reales de los alumnos, adecuarla a los intereses de los mismos, y emprender el camino del aprendizaje de la utilización de las NTICs en forma conjunta; sin necesidad de pretender mostrarnos expertos en el tema, sino abiertos a las innovaciones, guiándonos de acuerdo a criterios pedagógicos –aunque no sean de conocimiento tecnológico-.

Para concluir, resulta evidente la necesidad de crear una escuela inclusiva en todos los órdenes. Que pueda educar en el marco del progreso tecnológico, incorporando las NTICs a la enseñanza, sin olvidar su carácter no neutral y su poder de influencia (tanto negativa como positiva) sobre quienes se relacionan con ella. Aunque reconociendo que el cambio debe diseñarse desde un ámbito más elevado que desde el simple nivel institucional. Para que pueda lograrse un cambio mayor, con fuerte impacto, y que llegue a todos, debe diseñarse una estrategia a modo de política educativa, donde se asegure la cobertura de las necesidades materiales y técnicas para su implementación. Donde la inclusión, la igualdad de acceso y de oportunidades sean los componentes principales.


Sitios relacionados:


http://cartafol.usc.es/noelia/files/-1/3987/decalogo+1-6.jpg
http://www.lapampa.edu.ar:4040/integra/documentos/Integra_AE-P_ExperienciasTICs.pdf
http://portal.educ.ar/debates/eid/docenteshoy/debates/nuevas-tecnologias-y-escuela.php